Eddie Palmieri: una historia en Venezuela - teleSUR

Eddie Palmieri: una historia en Venezuela

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Estaban escogiendo los nombres de los artistas que serían convocados y el asunto era de calidad… pero faltaba algo. Entonces dije: “Si se trata de un primer encuentro éste no estará completo si falta Eddie Palmieri. Recordemos que es uno de los mayores referentes de la música de los latinos.


11 de agosto de 2025 Hora: 01:49

Tal vez el viejo Phidias Danilo Escalona, o tal vez Ricardo Ray. Puede ser, pero el santo de la salsa hasta ahora es Eddie Palmieri, y ahora más.

La historia no comienza acá, pero es un prólogo necesario pues nadie lo dice.

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Eddie Palmieri, ante una pregunta en torno a cómo había integrado el trombón en su orquesta respondió que eso era un tema que venía desde los tiempos de Generoso Jiménez (Cuba) y de Mon Rivera (Puerto Rico), quienes habían obsequiado un colorido y una sonoridad ejemplares en la música latina. Y entonces dijo: “Hay que observar, hay que escuchar. Yo escucho con mucha atención la escuela del trombón y me encantan “Los Karachi”. son magníficos. Ese colega Moya es excelente en ese sentido. Hay que escuchar”.

Los presentes en esa reunión fueron sorprendidos ¿Karachi? Y entonces Eddie Palmieri señaló que era una orquesta cubana.

Los Karachi

(Karachi es la ciudad más poblada de Pakistán, pero en verdad no sabemos por qué le fue puesto ese nombre a una orquesta de trombones en Cuba).

Quien escribe levantó la mano y acotó: “Hacen parte de la escuela de trombones de Santiago de Cuba”. El Maestro me miró y me reconoció. “Es exactamente así. Es una escuela y hay que escucharla”. Eddie Palmieri luego, al terminar la Rueda de Prensa me ubicó para el saludo. Recordó aquel noviembre de 1991 cuando pudo ingresar de nuevo a Venezuela desde aquél nefasto 1982 cuando, estando en Caracas, dictaron prohibición de salida a su persona porque un empresario de espectáculos, con grandes tentáculos, para no pagarle, lo quiso dañar. Él lo recordó, emocionado porque cuánto músico existía en Venezuela en ese momento se puso para resguardarlo, comenzando por los de San Agustín. Moncho Porte adelante, hasta que apareció el Gerente de Seguridad del hotel Meliá Caribe (La Guaira) y envió un vehículo a buscarlo, a él, a Eddie Palmieri. “Él queda bajo mi responsabilidad y a todo costo, y además yo lo sacaré del país”.

Son legendarias las mañanas de Palmieri en el Malecón del Meliá Caribe. Bajaba con una sábana blanca y se sentaba en las grandes piedras para mirar el mar. Era todo un espectáculo. Y hasta allí llegaba el personal del hotel para ofrecerle café, o lo que quisiera. Todo iba por cuenta de ese gerente del Meliá. Y lo sacó del país. Sus músicos ya habían partido y este gerente litoralense lo logró montar en un avión y llevarlo fuera de Venezuela.

Prohibición de salida.

Aunque en el tema no lo especifica se sabe con certeza que lo dedicó a la absurda circunstancia que vivió en Caracas. No es casual que en este mismo disco “Palo pa Rumba” (premiado en 1984 con un Grammy) esté su tema “Venezuela”. Consideramos que es uno de los álbumes más vivenciales del Maestro Palmieri.

Por eso para los melómanos venezolanos era imperioso traerlo de vuelta. Y bueno: se logró ese noviembre de 1991.

Esta historia es absolutamente venezolana, como el título del tema “La Libertad, lógico” que fue la respuesta que le dio un periodista venezolano cuando Palmieri le preguntó “Quién sería la hija de la justicia”? Y este periodista le dijo eso: “La libertad, lógico”.

Estas letras nada tienen que ver con la conformación de La Perfecta, ni la historia de sus inicios. Tiene que ver con Venezuela, país al que amó profundamente porque por La Guaira y Caracas comenzaron sus encuentros con la América Salsera, más allá de Nueva York (latina) y Puerto Rico.

Damos fe de lo que relatamos porque lo vivimos. Testigos hay.

Había sido llamada para formar parte del 1er Festival de Música Latinoamericana, que se efectuaría en Caracas a finales de 1991. Quien escribe estaba recién llegada de Cuba luego de casi tres años laborando en “Radio Rebelde”. Estaban escogiendo los nombres de los artistas que serían convocados y el asunto era de calidad… pero faltaba algo. Entonces dije: “Si se trata de un primer encuentro éste no estará completo si falta Eddie Palmieri. Recordemos que es uno de los mayores referentes de la música de los latinos y…” y por ahí siguió mi defensa hasta que convencí a los organizadores. ¿Y cómo lo encontramos? preguntaron.  “Llamemos al Negro Mendoza”. Y el Negro Luis Francisco Mendoza, disquero, promotor, amigo y melómano confeso no me dejó mal. Lo encontró, y Palmieri estaba libre para la fecha, y dispuesto, pero había un problema: tenía prohibición de ingreso al país. Tuvo primero prohibición de salida, pero se le pudo sacar y luego impusieron prohibición de ingreso. (esos gobiernos y sus acólitos no eran salseros. Está comprobado)

Venezuela

A Palmieri le pasó algo como en su momento le pasó más o menos a Beny Moré. Un empresario para no cancelarle unas presentaciones la movió en las altas esferas de entonces. Claro, el Benny le entró a cabillazos al empresario (Max Pérez) pero Eddie no hizo eso. Palmieri fue resguardado en San Agustín en Caracas y el Gerente de Seguridad del entonces Hotel Meliá Caribe lo acogió hasta que pudo sacarlo de Venezuela.

A la prohibición de salida siguió la prohibición de ingreso. ¿Y quién dijo miedo?

Diligencias por aquí y por allá dieron resultado: Palmieri podría retornar a un país al que siempre amó, y que lo ama profundamente.

Cuando, ya para comenzar el festival, en noviembre del 91, Eddie Palmieri llegó a Caracas, el Negro Mendoza nos presentó y dijo a Palmieri: “Esta negrita es la artífice de tu vuelta a Venezuela”. Y la gráfica la hizo el Pelón Marrero, inolvidable fotógrafo y melómano de San Agustín. La foto hace parte de otra historia, extraordinaria. Ya podremos contarla.

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Quisimos entrevistar formalmente a Palmieri, pues aunque habíamos conversado quedaban lagunas. Pero cuando llegué al hotel, ya los músicos de Caracas lo habían “secuestrado”. Ismael Pat Quintana me dijo: “No te afanes, que yo te contaré cosas que él no podría contar”. Que si vivían en la misma cuadra y estudiaron en la misma escuela, pero no se conocían, que se conocieron cuando Ismael fue a una audición con la banda de

Orlando Marín en la que Palmieri estaba presente y que sí, que cuando Palmieri lo escuchó cantar le dijo “Cuando yo tenga mi orquesta, tú serás mi cantante” y que cumplió su palabra desde el mismísimo arranque de “La Perfecta”, pero que antes de que la orquesta arrancara ensayaron mucho, pues ni Ismael sabía los temas de Eddie y Eddie no se sabía ningún tema de lo que cantaba Quintana.  Todo comenzó a fluir cuando se dedicaron a hacer temas propios. Las letras del Pat y la música de Eddie. “Muñeca” fue absolutamente importante para ellos, y que sí, que es paradójico que el primer premio Grammy (Grammy de verdad, no como los truculentos y oportunistas que ahora hay por ahí) que obtuvo Eddie, primero que obtenía un latino, no fuera con él, con Ismael Quintana como cantante sino con Lalo Rodríguez. “Solo Dios sabe”.

Muñeca (ensayo)

Ismael Quintana fue el único cantante de “La Perfecta”. El único y además fue el compositor de los temas estrella de la legendaria agrupación: Justicia, Vámonos pal monte, Adoración, claro, letras que sin el genio de arreglos y orquestación de Palmieri, tal vez nunca hubieran sido reconocidas. Palmieri y Quintana, además de Barry Rogers son los íconos de una musicalidad que reconocemos. La Resistencia Salsera tiene mucho que ver con ellos.

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El 6 de agosto de 2025 Eddie Palmieri decidió partir. Quedamos huérfanos. Ya Charlie, su hermano, Maestro e Ídolo se había ido y con ellos muchos más decidieron armar el combo por allá arriba.

Venezuela tiene su particular historia con él, y él con esa negrita a la que canta en Prohibición de Salida.

Pasará tiempo para reponernos de su ausencia física.

En Venezuela permanecerá para siempre, con historia propia, y una inmensa gratitud.

Tuvimos la oportunidad de decirle que cuando las revueltas universitarias en Caracas, él, Eddie Palmieri estuvo al lado de Alí Primera. “Ay/ ¿cuándo llegará la justicia?”.

Justicia

Y la Justicia llegó. Eterno descanso, Maestro. Nos diste demasiado.

Autor: teleSUR - Lil Rodríguez